lunes, 24 de mayo de 2010

POR TANTOS QUE NECESITAN TANTO

Así suena el eslogan con el que se presenta el programa de sostenimiento económico de la Iglesia. ¿De qué se trata? Sencillamente de recordar que basta con marcar una “x” para colaborar con la inmensa tarea de servicio social que está llevando a cabo la Iglesia Católica en España.

Como se sabe, al hacer la Declaración de la Renta, los españoles pueden declarar su voluntad en este terreno. Basta marcar una “x” para orientar hacia la Iglesia católica el 0,7 de los impuestos con que cada uno contribuye a las necesidades de su comunidad.

Hay quien piensa que esa es una opción de los católicos. Y no le falta razón. Deberían los católicos ser muy conscientes de que son ellos los llamados a sostener los miles de proyectos sociales que la Iglesia pone en marcha.

Pero está ocurriendo algo que llama la atención. En un país que se declara abiertamente laico –y hasta laicista- son también numerosos los no creyentes que marcan la “x” a favor de la Iglesia. Saben bien que en un momento de crisis económica, muchos millones de personas están siendo atendidas por las organizaciones de la Iglesia Católica. Y piensan que nadie hace tanto por tantos, con tan pocos medios estructurales y burocráticos.

Por lo que se puede observar, está ocurriendo algo todavía más sorprendente. En este tiempo los ataques y acusaciones a la Iglesia Católica se han hecho habituales y rutinarios. No se trata aquí de negar la realidad de los pecados de los católicos y sus ministros. Tampoco se trata de desparramar la suciedad, como si eso sirviera de excusa. No. Sabemos que hace falta claridad, arrepentimiento y justicia. Pero se tiene la impresión de que los que marcan la “x” a favor de la Iglesia, no ignoran el mal, pero reconocen el inmenso bien que hace a la sociedad, especialmente a los más olvidados y marginados.

Marcar la “x” es como un gesto de confianza y una sincera señal de esperanza. La Iglesia, santa y siempre necesitada de conversión, es una de las pocas voces que hoy se elevan en el mundo a favor de la dignidad del ser humano. Y una de las manos que se tienden para ayudarle a levantarse.

De todas formas, no se debe imaginar a la Iglesia como una simple organización no gubernamental de beneficencia. La Iglesia ha sido enviada por Jesucristo a anunciar un Evangelio, es decir, una Buena Noticia. Esa vocación conlleva la predicación de una Palabra de vida, pero también la atención a las vidas que han de acoger la Palabra.

La Iglesia ha recibido gratis un don que ha de comunicar gratis. Pero la salvación que anuncia es una salvación integral. El ser humano tiene hambre de Dios, y tiene también hambre de pan. Y la Iglesia sabe que muchos acuden a ella tratando de saciarse. No sólo de pan vive el hombre, pero también de pan.

A veces un solo gesto evidencia un compromiso. Marcar una “x” significa interesarse “por tantos que necesitan tanto”. Y confiar de forma eficaz en quien hace algo bueno por ellos.
José-Román Flecha Andrés



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