lunes, 17 de mayo de 2010

PEREGRINAMOS A FÁTIMA V (final)

Escribo esta última crónica desde el barco y camino de Ibiza. Son las doce y media de la noche y nos encontramos viviendo las últimas horas de la peregrinación, antes de volver a pisar nuestra isla de Ibiza.

Por delante nos queda una tarea: Los peregrinos ecrutarán, durante esta semana, un texto de los Evangelios. Después de dar su experiencia en el autobús, cada joven escuchó una palabra de parte del Señor que su catequista sacaba al azar para él. Fue impresionante ver como el Señor hablaba directa y personalmente a cada uno.

Ayer los hermanos de Torrent fueron a recibirnos al autobús y nos repartierons entre varias familias que nos acogieron en sus casas. A las siete nos despertaron, nos prepararon el desayuno, nos enregaron un "tentenpie" ( bocatas agua y fruta) para cada peregrino y nos llevaron a la parroquia a las ocho de la mañana (a las diez había comuniones), donde celebramos la Eucaristía con la comunidad de esa parroquia como broche de esta peregrinación. Tres jóvenes, uno de cada parroquia, contaron su experiencia delante de la asamblea, compartimos el mismo pan en comunión, cantamos y bailamos y celebramos la victoria del Señor.

Después partimos hacia Valencia en metro, con un grupo de jóvenes que decidieron acompañarnos durante todo el día. No sabían lo que hacían ya que caminamos más que en todos los días de la peregrinación juntos.

Visitamos la Catedral (donde nos reunimos con otros hermanos de nuestra parroquia que habían venido desde Ibiza para unirse a nosotros al final de esta peregrinación) y la Plaza de la Reina. Descendimos por el cauce del rio hasta la Ciudad de las Ciencias y continuamos caminando hasta la estación de Balearía donde nos esperaban otros hermanos de Torrent que habían guardado las maletas en sus coches durante el día. Nos han tratado a cuerpo de rey (y dicen que es dura la vida del peregrino)

Al salir de la eucaristía un virus extraño afectó al conjunto de los jóvenes, de tal forma que los ha tenido hasta el momento de embarcar, saltando, cantando, riendo, jugando, y divirtiéndose de lo lindo. Volvieron a aparecer las brujas y los asesinos, los enamorados y los alcaldes y un pueblo que se pasaba el día durmiendo y dictando sentencias sumarísimas.

Con más frecuencia de lo normal alguna que otra pareja de jóvenes quedaban rezagados al final del grupo hablando de sus cosas. Nosotros - como somos inocentes y no nos dimos cuenta de esto- les dimos algunos ratos de vidilla y quedábamos a una hora en algún lugar para comer o seguir caminando hacia el barco, así como el que no quiere la cosa.

Ha sido genial verlos divertirse, hablar, confraternizar... casi parecían jóvenes normales ( gracias a Dios ) con sentimientos y todo.

A medida qu pasaba el tiempo han surgido lazos entre ellos; lazos que se iban haciendo más personales, nacían promesas, deseos de continuar relacionándose, alguna desilusión y alguna esperanza... como corresponde a la edad.

En resumen, después del paso del Señor tan intenso en estos días, la humanidad de cada uno se ha hecho patente y ha aflorado según su ser y manera.

El mañana no nos pertenece, es de Dios. El ayer no nos sirve ya. Pero hoy … hoy nos sentimos mas vivos . Ha merecido la pena.

Una de cal y una de arena:

- No pudimos entrar a ver el Oceanográfic
- La acogida y el acompañamiento de los hermanos de Torrent, ha sido fantástica.

P.D. La próxima, si Dios quiere, en Madrid, vosotros mismos…

P. Cabrera
peregirno y corresponsal




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