Esto va tocando poco a poco a su fin. Es la una y media de la madrugada del día 16 de mayo y acabamos de llegar a Torrent.
Hemos salido a las nueve de la mañana de Fátima; algunos ojillos tenían dificultad para poder abrirse, se ve que la noche fue larga. Unos de fiesta y otro grupo, más numeroso de lo que pensaba anoche, rezando un rosario a la Virgen por su cuenta a altas horas de la noche en la capelinha, en el sitio físico donde la Virgen se apareció a los tres pastorcillos. Seguro que también anoche hizo su aparición en el corazón de más de uno de ellos.
Comenzamos como cada día rezando y alabando al Señor con los laudes y después vinos una película sobre la vida de Juan XXIII, la cual gustó.
Para gozo y deleite de más de uno paramos a comer en un Mac Donalls. Aplaudieron la decisión y se tiraron a la comida basura como fieras; reconozco que yo también disfruté comiéndome una gran hamburguesa con una cervecita.
Al reiniciar la marcha comenzamos la ronda de las experiencias. ahí pudimos recoger frutos en abundancia de la peregrinación. Fue estupendo, todos los chicos fueron saliendo uno a uno y contaban como se les había hecho presente Dios en esta peregrinación. Nadie ha quedado defraudado. Yo sigo sorprendiéndome.
Cada uno, incluidos los catequistas, hizo patente que realmente merecía la pena los sufrimientos pasados. No son nada comparados con las bendiciones recibidas. Mi oración hoy era que el señor nos mantenga en el corazón lo recibido por cada uno y que podamos defenderlo, ya que seguro que alguno intentará robar lo que se nos ha dado.
Unos más, otros menos, pero todos tocados por el Señor hemos llegado a Torrent, donde un grupo de hermanos nos esperaban a la una para llevarnos a sus casas a dormir.
Una de cal y una de arena:
- Lo siento hoy no hay nada que contar ha sido un día perfecto.
- El testimonio de los chicos que nos ayudan a crecer en la fe y nos hacen ver que es el Señor el que lleva las riendas de la historia.
Mañana a las siete levantada y a las ocho una eucaristía en la parroquia de la Sagrada Familia con todas las comunidades para dar gracias a Dios porque se lo ha merecido, ya os contaré.
P. Cabrera
peregrino y corresponsal
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