La Iglesia celebra normalmente la fiesta de los santos en el día de su nacimiento a la vida eterna, que es el día de su muerte. En el caso de San Juan Bautista, se hace una excepción y se celebra el día de su nacimiento. Esta fiesta conmemora el nacimiento "terrenal" del Precursor.
Es digno de celebrarse el nacimiento del Precursor, ya que es motivo de mucha alegría para todos los hombres tener a quien corre delante para anunciar y preparar la próxima llegada del Mesías, o sea, de Jesús. Fue una de las primeras fiestas religiosas y, en ella, la Iglesia nos invita a recordar y a aplicar el mensaje de Juan.
¿Qué nos enseña
la vida de Juan Bautista?
- Nos enseña a cumplir con la misión que adquirimos el día de nuestro bautismo: ser testigos de Cristo viviendo en la verdad de su palabra; transmitir esta verdad a quien no la tiene, por medio de nuestra palabra y ejemplo de vida; a ser piedras vivas de la Iglesia.
- Nos enseña a reconocer a Jesús como lo más importante y como la Verdad que debemos seguir. Nosotros lo podemos recibir en la Eucaristía todos los días.
- Nos hace ver la importancia del arrepentimiento de los pecados y cómo debemos acudir con frecuencia al Sacramento de la Confesión.
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