¡Todo tiempo es tiempo de gracia! pero en este mes de octubre parece que se va a
derramar de un modo especial... Confluyen en esta próxima semana cinco
importantes acontecimientos que para nosotros, los creyentes, no pueden pasar
desapercibidos. Por una parte, el 50º aniversario de la inauguración del
Concilio Vaticano II y el 20º aniversario de la publicación del Catecismo de la
Iglesia Católica nos permiten observar con espíritu agradecido al pasado; y por
otra, el Sínodo
de los Obispos sobre la Nueva Evangelización, la proclamación de San
Juan de Ávila como Doctor de la Iglesia y el inicio del Año de la Fe
deben despertar en nosotros un ansia esperanzadora por adentrarnos, cada día
más, en el conocimiento de Dios.
Uno puede pensar que esto se trata de una
amalgama de acontecimientos y celebraciones, pero nada más lejos de la realidad.
Todo tiene un denominador común: la fe. El Concilio Vaticano II supuso uno de
los acontecimiento más importante del siglo XX, y non tenía otro cometido que
una necesaria reflexión eclesial y actualización de la fe. El Catecismo
de la Iglesia Católica surgió como una prioridad de esta reflexión conciliar y
durante años se estuvo elaborando una síntesis de nuestra fe, con todo lo que
ello implica, para una mejor explicación de la fe. Ahora, adentrados en
el siglo XXI, y a punto de comenzar el Año de la fe, se ponen de relieve nuevas
necesidades: evaluar, redescubrir y revitalizar nuestra fe. Para ello, la
Iglesia pone al alcance de sus fieles el Año de la fe, a lo largo del cual
podremos abordar estas y otras necesidades de caracter personal y eclesial:
formación, celebración, comunión... para profundizar y afianzarse en la fe y
hacer resplandecer la Palabra de Verdad que el Señor nos dejó.
Esperemos que la celebración de tantos
acontecimientos no nos dispersen... sino todo lo contrario, nos sirvan para
acoger -con libertad, sinceridad y humildad de corazón- las gracias que derrame
sobre nosotros en este tiempo el Espíritu Santo a través de la
Iglesia.
Oscar Valado (sacerdote estudiando en Roma)
Roma, 4 de octubre de 20012
Roma, 4 de octubre de 20012
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