viernes, 25 de febrero de 2011

LA CRUZ Y EL ICONO DE LA VIRGEN DE LA JMJ EN IBIZA II


Segundo día: jueves 24 de febrero

Apenas amaneciendo, ya había algunos jóvenes de Ibiza y feligreses de Formentera en la parroquia de San Francisco orando en silencio o acompañando a las hermanas en las diferentes oraciones (rosarios, vía crucis,…); personas que se acercaban a la Cruz, la besaban, se arrodillaban, y estaban un tiempo con ella. A las siete de la mañana, rezamos unos laudes, en los que, a pesar de la hora, hubo más gente de la que se esperaba. En acabar, nos dirigimos al puerto para volver con la Cruz a Ibiza.

Al llegar al puerto a las 9h, la Cruz y el Icono desembarcaron del barco para embarcar en una barca que habían preparado con globos, carteles y otras decoraciones con la finalidad de aparecer así (a las 10,30) ante los cientos de jóvenes de los colegios diocesanos religiosos (Can Bonet, Las Trinitarias, La Mare de Déu de les Neus, La consolación y Sa Real) que esperaban alegres la llegada de tan esperado momento. En el momento en que apareció la barca, jóvenes, profesores y otras personas que acudieron a la cita, rompieron en un gran aplauso, no pudiendo ocultar su emoción.

Algunas personas nos confesaron que se emocionaron en el momento en que los sacerdotes cargaron la Cruz y la pasaron a los jóvenes, quienes la cogieron gustosos y esperando – nos contaba el Sr. Obispo después en la parroquia – que les diese “suerte”. Así comenzamos la procesión con ambos signos desde el puerto hasta la parroquia de Santa Cruz, teniendo la oportunidad los jóvenes de llevar todos la Cruz y/o el Icono (los fueron pasando por colegios), en un ambiente de felicidad, alegría, emoción y respeto al son de tambores. 


Una vez en la parroquia, comenzamos una celebración en la que el Sr. Obispo expresó el orgullo de ser obispo de Ibiza. “A veces me dicen – nos decía en la reflexión – ¿de dónde es obispo? De Ibiza – les contestó –. Uy, allí mucha fiesta y muchas drogas”. El Sr. Obispo desmintió aquél comentario, siendo la gran cantidad de jóvenes allí congregados la prueba de ello, argumentando que los chicos de Ibiza no están perdidos sino que sólo necesitan la guía y el acompañamiento de sus profesores, catequistas y sacerdotes para ir bien por el camino. Una vez más, habló de la importancia y significado de la Cruz pero también animó a los chicos y chicas que ya habían hecho la confirmación a que volviesen a renovar su promesa, su compromiso para con la Iglesia hechos en el sacramento. Por último, el Sr. Obispo convidó a los jóvenes a acompañarle a la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid, en el mes de Agosto.

Al concluir la celebración, D. Juan Fernando Gómez, delegado de juventud, animó a los chicos y chicas para que fueran pasando a adorar la Cruz, hecho que hicieron en libertad y muy contentos. El Sr. Obispo les pidió a los jóvenes que le escribiesen una carta, contándoles lo que para ellos había significado esa mañana, cómo se habían sentido “porque – dijo – igual que vosotros me habéis escuchado en la reflexión, yo también quiero escucharos a vosotros”.

Por la tarde, la Cruz y el Icono estuvieron expuestos en la parroquia y a las 20 h comenzó el Vía Crucis hasta la Catedral, al que acudieron un gran número de personas y de jóvenes, acompañado de la banda de música y del coro rociero. Durante este Vía Crucis, se respiró, una vez más, un ambiente de alegría y emoción, cargando con la Cruz desde los más mayores hasta los más pequeños (hubo un momento en que todos los niños quisieron llevar ellos la Cruz; y así lo hicieron, llevando el paso “mejor que nosotros” – nos comentaba una joven.). Una sorpresa aguardaba cuando llegaron la Cruz y el Icono a la Catedral: iniciaron una serie de petardos y fuegos que dejaron un rico olor a pólvora con el que muchos, incluido el Sr. Obispo, se sintieron muy contentos.

 En la vigilia, el Sr. Obispo repasó los acontecimientos sucedidos hasta el momento con la Cruz: recordó con una gran ternura la visita a la residencia de ancianos, con gran emoción los abrazos y el sentirse perdonados por el Señor de los presos del centro penitenciario, la multitud congregada en Formentera y la gran alegría por los jóvenes que acudieron esa mañana a la llegada de la Cruz en el puerto y que habían vuelto por la noche para acompañar la Cruz durante el Vía Crucis.

Marta Cabrera, joven de Ibiza.

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