El verano y las vacaciones son una ocasión privilegiada para tomar el pulso a nuestra vida cristiana. Dios no se va de vacaciones. E incluso en vacaciones tenemos más tiempo para Él, para los demás y para nosotros mismos. Aquí tienes un decálogo a tener en cuenta en tu periodo vacacional.
1.- VIVE LA NATURALEZA. En la playa, en la montaña, donde te encuentres descubre la presencia de Dios. Dale gracias por haber hecho tanta hermosura.
2.- VIVE TU CONDICIÓN DE CRISTIANO. No te averguences en verano de ser cristiano. Falsearías tu identidad.
3.- VIVE EL DOMINGO. En vacaciones, el domingo sigue siendo el Día del Señor y Dios no se va de vacaciones. Acude a la Eucaristía dominical. Tienes más tiempo libre.
4.- VIVE LA FAMILIA. Dialoga, juega, goza con ellos, sin prisas. Reza en familia. Asiste al templo también con ellos.
5.- VIVE LA VIDA. La vida es el gran don de Dios. No hagas peligrar tu propia vida y evita riesgos a la vida de los demás.
6.- VIVE LA AMISTAD. Desde la escucha, la confianza, la ayuda, el enriquecimiento y el respeto a la dignidad sagrada de las demás personas.
7.- VIVE LA JUSTICIA. No esperes que todo te lo den hecho. Otros trabajan para que tú tengas vacaciones. Respétales y respeta sus bienes.
8.- VIVE LA VERDAD. Evita la hipocresía, la mentira, la crítica, la presunción engañosa e interesada.
9.- VIVE LA LIMPIEZA DE CORAZÓN. Supera la codicia, el egoísmo, el hedonismo. Vacación no equivale a permisividad.
10.- VIVE LA SOLIDARIDAD. No lo quieras todo para ti. Piensa en quienes no tienen vacaciones, porque ni siquiera tienen trabajo. La caridad tampoco toma vacaciones.
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