jueves, 24 de febrero de 2011

LA CRUZ Y EL ICONO DE LA VIRGEN DE LA JMJ EN IBIZA

Primer día: miércoles 23 de febrero

Emocionante. Sobrecogedor. Estas dos palabras inundaron ayer el ambiente durante el primer día. La Cruz y el Icono llegaron a Ibiza con un poco de retraso, hecho que aumentó más aún la expectación, si cabe, ante la espera de su llegada. Después de una celebración de acogida en el puerto, la Cruz y el Icono visitaron los centros de dolor y sufrimiento: la residencia de ancianos Reina Sofía y el Centro Penitenciario de Ibiza.

En las diferentes celebraciones en los distintos lugares, el Sr. Obispo, D. Vicente Juan, habló sobre la importancia de la Cruz y su significado. La Cruz – nos decía – es un mensaje para todos nosotros: que Dios nos quiere, hasta tal punto que entregó a su Hijo por nosotros. Dios no condena sino que perdona. En un principio la Cruz puede parecer muerte y sufrimiento pero si este sufrimiento lo aceptas y lo unes a Jesús, se transforma en vida, pudiendo ofrecerlo por el bien de todos. El Sr. Obispo también destacó la importancia para los jóvenes, cómo esta misma Cruz ha cambiado la vida de muchos jóvenes a lo largo de estos 26 años que lleva recorriendo el mundo: chicos y chicas que no sabían qué hacer con su vida ante esta Cruz se han convertido, y hoy son padres y madres de familia; otros chicos han sentido, ante esta Cruz, la llamada del Señor al sacerdocio.

En la acogida de la Cruz y del Icono en el puerto, nos sorprendió primeramente el número de personas que acudieron a la cita (unas 80 personas aproximadamente), entre ellos algunos jóvenes y niños que dejaron los colegios para recibir estos signos; por otra parte, también nos complació la participación en la celebración de todos los presentes, tanto en los cantos y dando palmas como en el momento de la adoración de la Cruz, en el que todos besaron y se arrodillaron ante la Cruz, incluso unos ancianos apenas se podían inclinar. En este momento de acogida, también hay personas que se emocionaron al pensar por donde había pasado la Cruz, que Juan Pablo II la había tocado y seguramente besado.

En la residencia de ancianos hubo una serie de momentos muy emotivos, empezando desde la llegada de la Cruz, del Icono y del Sr. Obispo y recibimiento por parte de los ancianos con aplausos y cantos, mostrando el respeto que sienten ante este momento tan importante para ellos, esa visita tan esperada, porque, como recordó el delegado de juventud, D. Juan Fernando Gómez, “si los jóvenes creemos en Cristo es porque ustedes (los ancianos) nos lo han enseñado, nos han transmitido su fe”. Otro momento emotivo fue la presentación de fotos mientras se recitaban las bienaventuranzas de otoño, dedicadas a las personas mayores a las que se les recuerda el amor que se les tiene, que muchos no habíamos escuchado.

Ya en el centro penitenciario, al concluir la celebración, el Sr. Obispo nos comentó la emoción que había sentido al ver cómo los jóvenes se acercaban a la Cruz para besarla y después lo saludaban, momento acompañado por cantos que invitaban a la reflexión y a la oración.

A las 19:30, la Cruz y el Icono embarcaron a Formentera, acompañados por algunos jóvenes y el Sr. Obispo, donde pasaron la noche expuestos en la parroquia. Al llegar a la isla, se hizo una procesión por el pueblo en la que comenzaron a aflorar lágrimas en algunos rostros. Una vez más, nos sorprendió el número de personas congregadas, desde los más pequeños hasta los más mayores, pasando por una gran cantidad de jóvenes que llevaron la Cruz con mucho gusto y con una sonrisa; acompañados por cojos y una persona ciega. Al llegar a la parroquia, rezamos unas vísperas acompañadas de un momento de oración y de adoración de la Cruz.

En conclusión, fue un primer día completo, cargado de emoción, alegría y lágrimas, tanto por el significado de estos signos como por saber que esta misma Cruz ha recorrido el mundo y millones de jóvenes han orado ante ella. Damos gracias a Dios por este día y esperamos que nos siga bendiciendo y regalando momentos como estos en los días próximos.

Marta Cabrera, joven de Ibiza.

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