Algunos jóvenes de nuestra parroquia de San Pablo, hemos peregrinado con los hermanos de las parroquias de la Sagrada Familia de Torrent (Valencia), Nuestra Señora del Pilar de Catarroja (Valencia), Santos Juanes de Cullera y algunos hermanos de Murcia, a Roma para asistir a la beatificación de Juan Pablo II.

Después de un buen desayuno, partimos hacia Roma y nos instalamos en la Piazza del Risorgimento, cerca de la Plaza de San Pedro. A las 10:30 comenzó la celebración, que escuchamos mayoritariamente en italiano ya que hasta acabada la homilía (si quieres leer la homilía entera en español, pincha aquí) no encontramos la emisora que retransmitía la liturgia en español. Destacar que no pudimos ver nada de la celebración, ni en directo ni por pantalla, debido al gran número de personas allí congregadas, hecho que no nos impidió escuchar y rezar con el Santo Padre. Después de comer por allí, fuimos a la iglesia de Santo Spirito in Sassia donde está el Santuario de la Divina Misericordia y donde algunos de nosotros dejamos nuestras intenciones escritas en un papel.
A las 16h comenzamos a hacer cola para poder entrar al Vaticano. Sol, mucha gente, mucho calor, tiempos largos de espera sin moverse un centímetro antes de encontrarnos con el féretro del Beato Juan Pablo II durante poco más de cinco minutos. Pero a muchos se nos hizo llevadero: rezamos el rosario – con el que vimos como avanzábamos más rápidamente – oramos, reímos, y nos conocimos mejor entre nosotros. A muchos nos sorprendió el contraste del sencillo féretro del Beato con la majestuosidad y grandeza del Vaticano, hecho que recuerda cómo vivió éste: de manera sencilla y humilde.

Para muchos de nosotros, esta peregrinación ha sido un momento de paz, de oración y de encuentro con Dios. Algunos no conocíamos directamente al Papa Juan Pablo II pero lo hemos hecho “nuestro” gracias al testimonio que recibimos de nuestros padres, hermanos y demás familiares y amigos, que sí han tenido la gracia de conocerle en algún encuentro con él y que nos han transmitido su cariño hacia él.
En esta peregrinación también hemos disfrutado mucho mostrando nuestra alegría y la fuerza con la que vivimos los jóvenes, cantando siempre la victoria del Señor por las calles de Roma y del Vaticano con las guitarras, panderetas y acompañando con las palmas, incluso en el metro.
Marta Cabrera.
Aquí os dejamos un enlace con un pequeño comentario de los hermanos de Valencia y fotos de la peregrinación.
El Papa nos convocó siempre y en esta ocasión no podía ser menos, cómo tú dices no lo has conocido, eres jovencita, pero el amor que hemos sentido nosotros "jovenes" por él lo habeís mamado. Enhorabuena, me has hecho sentirme allí.
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