miércoles, 9 de marzo de 2011

¿Y ahora qué?

Esta es la pregunta que ahora nos toca hacernos: ha estado todo muy bien, nos ha emocionado y estamos muy alegres pero, ¿ya se acabó? ¿ha pasado y ya no hay nada más? No. El tiempo pasado junto a la Cruz y al Icono son el principio, son un impulso para seguir evangelizando, seguir adelante con nuestra misión en la Iglesia.

Algunos sacerdotes con los que he hablado están seguros de que el paso de la Cruz de la JMJ por Ibiza y Formentera, que han roto los esquemas de todos (practicantes y no practicantes, creyentes y no creyentes), dará sus frutos. Pero, como en toda evangelización, primero se comienza con las semillas que más adelante darán sus frutos, de manera que estos son a largo plazo. Nuestra tarea ahora es sembrar y difundir la Palabra de Dios.

Por otra parte, aunque el número no era importante (me daba igual si éramos sólo el Sr. Obispo y yo – me decía el delegado de juventud –, habríamos salido a la calle igual), hemos visto como la gente de Ibiza ha respondido muy bien y ha seguido la Cruz y el Icono en las diferentes celebraciones y procesiones que tuvieron lugar estos días.

En estos días la Cruz y el Icono han visitado muchos lugares de la isla, desde los sitios de dolor y sufrimiento (la residencia de ancianos y el centro penitenciario) hasta diferentes iglesias (Santa Cruz, la Catedral, el Rosario y San Pablo), acompañada de jóvenes que los han acogido en diferentes ocasiones en el puerto, orando en las celebraciones, en el rezo del Vía Crucis desde Santa Cruz a la Catedral y en el rezo cantado del Santo Rosario desde la parroquia del Roser a la de San Pablo de manera muy solemne, respetuosa y tranquila, momentos maravillosos de oración y encuentro entre todos con Cristo y con María. Momentos muy emotivos y alegres en los que los participantes gozaban y disfrutaban de esta visita a sus vidas, experimentando el perdón y el amor de Dios. También pasaron por el monasterio de San Cristóbal, en Dalt Vila, donde residen las monjas de clausura, quienes se emocionaron notablemente cuando se les dio la oportunidad de cargar y llevar la Cruz y el Icono. También visitó Formentera, donde la procesión por las calles y la vigilia de conclusión en la parroquia tuvo una gran acogida por los feligreses, alegres y felices por poder vivir esos momentos de encuentro y de oración.

Por último, invitar a todos los jóvenes de la diócesis a participar en la JMJ de Madrid (en agosto de este año) en la que el Papa nos visitará y esperará para darnos una palabra de vida, un mensaje para todos y cada uno de nosotros. En las JMJs reina un ambiente festivo y de felicidad donde acuden miles de jóvenes con ganas de compartir sus experiencias, sus creencias con otros. Cualquier joven que quiera ir debe hablar con su párroco o con los catequistas de la parroquia (si hay algún problema te ayudarán a solucionarlo). Yo voy, ¿te apuntas?

Marta Cabrera, joven de Ibiza.

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