viernes, 26 de noviembre de 2010

SEGUNDO DÍA DEL TRIDUO LA MILAGROSA


ORACIÓN DE SAN ANDRÉS


¡Oh María!, si pongo mi confianza en Ti, seré salvo; si me hallare bajo tu protección, nada he de temer, porque ser tu devoto es tener armas seguras de salvación, que Dios concede a los que quiere salvar.


¡Oh Madre de misericordia!, intercede por nosotros y en la hora de nuestra muerte recíbenos en tus brazos y presenta nuestras almas a tu divino hijo, Jesús, y esto será bastante para que El nos mire con amor y nos reciba en su reino. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario