Muy estimados parroquianos, Paz y Bien:
Ha pasado ya más de un mes desde que Dios me hizo el gran regalo de consagrarme a Él, de ser esposa de su Hijo, y creedme que lo siento tan vivo como si fuese ayer; cada día que renuevo los votos, mi mente viaja a ese día.
Sé que tendría que haberos escrito antes, y no haber esperado hasta ahora, pero para nosotras, las Hermanas Pobres de Santa Clara, el tiempo de Adviento es un tiempo de gracia, en el cual intentamos centrarnos en el Señor, prepararnos para su llegada; por ello vivimos sin contacto externo, en cuanto a visitas y llamadas. Y digo "intentamos", porque es justo el mes que nos dedicamos a hacer turrones, y todo tipo de pastas Navideñas; tenemos que estar con las manos en los turrones, y el corazón en vela, y no es "gens fàcil". Y en navidad me fue imposible acabar el escrito. Pero ahora puedo escribiros, y contaros como fue el día, que es lo que ocurrió en nuestra casa, como lo viví yo….
Antes de todo, tengo que dar las gracias a mi familia: mis abuelos; mi padre, que desde el cielo sé que estuvo presente en la profesión, y que rezó cada noche con nosotros desde pequeños e hizo que Dios se calase hasta el fondo de nuestra alma; mi madre, la mujer fuerte, la que a pesar de los difíciles momentos no abandona a Dios; mis hermanos que dan testimonio de que Dios está en sus vidas, y todos aquellos que me ayudaron a seguir a Jesús… porque fueron los instrumentos de Dios en mi vida, los que me trasmitieron la fe, y por ello puedo decir de nuevo sí a Jesús, a vivir en la Iglesia. Si no me hubiesen hablado de Jesús, si no lo hubiese conocido, no creo que hubiese acabado aquí, ni dado el paso que he dado; aunque Dios todo lo puede, y habría hecho de la suyas para atraerme hacia Él. Y lo que me trasmitieron, lo que siempre he llevado en el corazón como un sello, es lo que dejé escrito en el recordatorio, el deseo de vivir como Dios quiere que lo haga: "Escucha Israel: Yahvé nuestro Dios es el único Yahvé. Amarás a Yahvé tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tus fuerzas. Queden en tu corazón estas palabras que yo te dicto hoy. (…) las atarás a tu mano como una señal, y serán como una insignia entre tus ojos".
Y a propósito de mi familia, os voy a contar algo gracioso, y creo que si no lo cuento no sería yo: una de las personas "culpables" de que yo esté desposada con el hombre perfecto, y Dios omnipotente, es mi abuela Inés, como la solemos llamar mis hermanos y yo "sa güela". ¿Y qué tiene que ver? Os contaré la anécdota en seguida: Un día, estaba yo en casa de mis abuelos , y estaba ella en el "magartzem" haciendo la comida, y yo a su lado, y me miro a los ojos y me dijo en ibicenco: "Yo rezaré para que tengas un novio Santo"; y cuando se lo cuento a mis hermanas en el Señor me dicen: "y tan Santo que te ha tocado". Así que si queréis un hombre santo, pedidle a mi abuela que rece, pero tened cuidado que si se pasa de rezos acabáis desposados/as con el más perfecto de los hijos de Adán. Admiro la fe de mis abuelos, admiro su relación con Dios, tan sencilla. Y desde aquí, le doy las gracias porque los dos, la abuela que pidió para mí un santo novio, el que es ahora mi Esposo, han hecho lo mejor que podían hacer: rezar, y sé que no solo es por mí, sino por toda nuestra familia.
Y ahora…. ¡NUESTRO DIA!
El 22 de Noviembre de 2015, en nuestra casa ( Monasterio de Santa Clara), a las 12.00h empezó otra vida para mí, di otro paso hacia Él.
Tengo que reconocer que no fue fácil la semana anterior, y aunque yo dijese que no estaba tan nerviosa, lo cierto es que iba muy acelerada (y sino que se lo pregunten a mis hermanas). Yo temía que el domingo no pudiese disfrutar de la profesión a causa de los nervios, pero el Señor me concedió una tranquilidad, una paz, que supe enseguida que era cosa suya.
Con esa tranquilidad, y un canto para despertarme empezó la mañana; seguida de los rezos poniéndonos de cara a Dios, ante el día que esperábamos. Hubo mucha fiesta y sorpresas: toda mi celda llena de corazones de diversos colores, las mañanitas que cantaron con un buen tono a esas horas de la mañana…
La ceremonia fue preciosa, el sermón inigualable, ya que sentí que el Señor
me hablaba directamente a mí. Y si os cuento el momento de profesar los votos,no puedo explicar cómo lo viví, porque uno tiene que experimentarlo, es algo impresionante. Solo espero que ese deseo se estar junto a Él no se pierda jamás, por muchas dificultades que encuentre en el camino, por muchos baches que haya.
Después la fiesta siguió en el locutorio con mas sorpresas: baile pagés, otra vez canto de las mañanitas, y mucha gente: ibicencos, y no tan ibicencos.
Y cuanto todo el mundo se fue, aquí siguió la fiesta, y si nos vieseis no os lo creeríais. Las hermanas me hicieron una obra teatral, en la cual Cristo Rey era el protagonista, seguido de la Virgen María, San Miguel Arcángel, y la Venerable Madre Clara de Soria… y ya os podéis imaginar a las hermanas disfrazadas, nosotras riéndonos, y ellas sin poder seguir los diálogos. Pero fue muy bonita, eso hay que reconocerlo.
Y estaría contando detalles de ese día y estaría escribiendo hasta mañana, y tu leyendo por días sin término. Solo quiero expresar mi agradecimiento a todos aquellos que me acompañaron en ese día, tanto físicamente como espiritualmente hablando, con la oración; quería haceros llegar la experiencia de un gran día, quería que pudieseis compartir conmigo las grandes alegrías.
Muchas risas, muchas emociones, muchas sorpresas, pero me quedo con lo más importante, con Él.
Os pido que recéis por mí, para que el Señor me conceda la perseverancia, siendo fiel hasta el final.
Un abrazo en Cristo
Sor Chiara Alba pobre de Maria.
Si queréis contactar con nosotras, aquí os dejo nuestro correo electrónico: clarisaspalmademallorca@yahoo.es
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