La Delegación de Juventud de nuestra Diócesis con su nuevo delegado episcopal al frente, D. Juan Fernando, párroco de Jesús y Puig d’en Valls nos ha convocado este año en el Colegio diocesano de Sa Real a celebrar esta Vigilia diocesana de oración.
En medio de la oscuridad, en mitad del patio del colegio, una imagen resplandece a la luz de una fogata: La Virgen María que acoge a los jóvenes y los agregados, no tan jóvenes. Un largo camino formado por centenares de velas rojas saluda a los que van llegando y los encamina hasta un anagrama del Ave María que está junto a la Virgen.
Tras unos primeros y tímidos intentos de unir las voces en el ensayo de los cantos, los jóvenes se van atreviendo a dejar salir sus voces para alabar y bendecir al Señor.
Comienza la Vigilia de la Inmaculada, presidida por el Sr. Obispo como primer acto preparatorio a la Jornada Mundial de la Juventud. Un lucernario coloca a los presentes en situación. La Luz toma la iniciativa de la llamada a los jóvenes al encuentro con Cristo y el testimonio a los demás. Suenan las guitarras y al ritmo de los cuerpos balanceándose suben las primeras aclamaciones al cielo de la noche “Esta es la luz de Cristo, yo la haré brillar”. Meditamos sobre la Luz, sobre el testimonio, sobre que hace la luz en nosotros y comenzamos a peregrinar hacia la zona del polideportivo que se ha preparado especialmente para la ocasión.
Los primeros momentos son alabanzas y glorias a Dios “Esta es la gente que alaba al Señor” cantan todos mientras las palmas comienzan a sonar y el cuerpo acompaña con el baile a la oración festiva de alabanza. Se nos invita ahora después de soltar el cuerpo y el espíritu, al recogimiento interior, y en un ambiente de silencio y respeto generalizado, el Santísimo es expuesto delante de los centenares de personas que asistimos a este encuentro. Poco a poco los jóvenes se van recogiendo interiormente, dirigidos por D. Juan Fernando, mientras salen de los labios una letanía repetitiva “Jesús tu eres la persona más importante del lugar”. Y efectivamente así se palpa en el ambiente, Jesús Sacramentado es allí la persona más importante en ese momento de intimidad.
Se proclama el Evangelio. La sal y la luz, la misión de la iglesia es proclamada y el Sr. Obispo se dirige a los jóvenes haciéndoles reflexionar sobre su situación, las dificultades que van a encontrar, y donde hallar respuestas a sus interrogantes, para terminar con una serie de preguntas que nos interpelan a todos e invitan a dar una respuesta al Señor en la intimidad de la oración.
Un grupo internacional de jóvenes venidos desde Francia denominado “Anuncio”, da su experiencia de fe y anima a los presentes a unirse a ellos en la misión de llevar la palabra de Jesucristo en las calles, de dos en dos, para preparar la JMJ Madrid 2010.
Después los presentes somos invitados a escribir una oración sincera y ponerla como fruto de la jornada en un mural a modo de árbol. Rápidamente se va llenando con el fruto de nuestras oraciones. Se hacen preces al Señor y rezamos a una el Padrenuestro para terminar con la bendición y una petición a la Virgen “Ven con nosotros a caminar” que invade el pabellón con las voces de los participantes en la vigilia.
Unas manzanas, apetitosas a la vista por cierto, y un chocolate caliente con magdalenas sirven para confraternizar después de la celebración.
Mi opinión: Ha sido una vigilia estupenda, se ha rezado, se ha bailado, se ha cantado y nos hemos puesto delante del Señor y la Virgen. El estilo ha sido distinto a lo vivido hasta ahora. Me ha sorprendido gratamente. Cosas para mejorar sin duda pero ha valido la pena.
Una confidencia: el Sr. Obispo se emocionó enormemente al contemplar a tantos jóvenes de rodillas para recibir la bendición con el Santísimo
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